El uruguayo José Enrique Rodó fue uno de los grandes pensadores latinoamericanos de inicios del siglo XX, cuya prosa y pensamiento influyeron en varias generaciones. El movimiento de la Reforma Universitaria, de 1918 lo consideraba uno de sus “maestros de la juventud”. Su obra cumbre fue Ariel, un ensayo filosófico basado en la obra “Calibán”, de Ernest Renan, poblado de guiños a personajes de “La tempestad”, de Shakespeare, en el cual Rodó advierte contra el utilitarismo y el avasallamiento de la cultura anglosajona, sobre todo la estadounidense.
Rodó y su mirada americana
Aristides
Cajar Páez
José Enrique Rodó Nació el 15 de julio de
1871 en Montevideo en el seno de una familia burguesa uruguaya. Nada hacía sospechar entonces la estatura
intelectual y moral que alcanzaría ni su papel como personaje clave en la
historia el pensamiento latinoamericano.
Rodó aprendió a leer a los 4 años, con la
ayuda de su hermana, lo que lo convirtió en un ávido lector. Sin embargo, en la
escuela no siempre fue un estudiante destacado. Comenzó a trabajar a los 14
años, tras la muerte de su padre, como ayudante en un estudio de escribanos.
Periodismo y literatura
Se desempeñó
también como periodista y a partir 1895 le empezaron a publicar poemas y
artículos suyos en periódicos, así como algunos artículos de crítica literaria
en la Revista Nacional de Literatura y Ciencias Sociales que fundó junto con
otros intelectuales uruguayos.
En algunos de sus ensayos, Rodó se propuso
analizar algunos aspectos sobre el sentimiento de malestar de su época.
No terminó sus estudios universitarios,
aunque en 1898, debido a su fama de escritor y pensador, fue nombrado profesor
de literatura en la Universidad de Montevideo. En 1900 publicó su obra maestra,
Ariel, origen de una corriente de pensamiento llamada «arielismo», que llegaría
a ser conocida en todo el continente y en Europa.
Política, viaje y muerte
Rodó participó también en la política y
fue miembro del Partido Colorado de José Batlle y Ordóñez; fue diputado por
Montevideo en 1902, renunciando a su cargo, desilusionado de la realidad
política de su país. En 1907 volvió a la política. Fue elegido diputado en 1908
y de nuevo en 1910. Para entonces, su
estado de ánimo y su salud ya no eran buenos.
Cuando su condición se empeora, emprende un
soñado viaje a Europa como corresponsal de la revista argentina Caras y
Caretas. Rodó murió en el olvido en un hotel de Palermo (Sicilia) el 1 de
mayo de 1917, a los 45 años de edad, no siendo trasladados sus restos a
Montevideo hasta 1920.
Los ensayos de Rodó, marcados por la
defensa del americanismo y la crítica a la cultura norteamericana, fueron
ampliamente difundidos. Su prosa y pensamiento influyeron en varias
generaciones de toda América: el movimiento latinoamericano de la Reforma
Universitaria, iniciado en 1918, lo consideraba uno de sus maestros de la
juventud.
Ariel
De su obra literaria y filosófica se destaca
Ariel, un ensayo considerado como una de las obras de mayor influencia en el
pensamiento latinoamericano, a pesar de ser una modesta copia de la obra
Caliban (1878) de Ernest Renan, enmarcada en la corriente modernista de Rubén
Darío, con el cual Rodó tuvo una abundante correspondencia.
Es un texto breve dirigido sobre todo a la
juventud hispanoamericana, para advertir contra el
utilitarismo y contra lo que él consideraba el avasallamiento de la cultura anglosajona, sobre
todo estadounidense. Utiliza personajes de la obra La tempestad de William
Shakespeare: Próspero, Ariel y Calibán. En su ensayo, Próspero es un profesor
que da un discurso de despedida a sus estudiantes, a través del cual Rodó
expresa sus propias ideas. Ariel es una estatua presente en el lugar, que
representa al ángel de lo puro, noble y bello, mientras que Caliban es el
bárbaro inculto, pragmático, utilitarista, que Rodó identifica con el espíritu
norteamericano.
Rodó hace una exaltación de la cultura
grecolatina y católica, de la que los pueblos latinoamericanos serían
herederos, centrada en el espíritu y el sentimiento en contraposición de la
cultura anglosajona, fría, racionalista, pragmática y simple, incompatible con
el espíritu latinoamericano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario