viernes, 23 de junio de 2023

América/ El Congreso Anfictiónico de Panamá




Simón Bolívar quería fundar una gran confederación o unión de países hispanoamericanos que pudiera competir de igual a igual con los imperios europeos o con los nacientes Estados Unidos, a los que veía como una amenaza para el resto del continente americano. Para concretar este sueño, convocó una reunión en Panamá, en el año 1826, a la cual él no asistió. Delegados de 12 países sí participaron. Ausencias, retrasos y la presencia de observadores estadounidenses desvirtuaron el propósito del encuentro.


 

Un sueño malogrado


Aristides Cajar Páez

Se conoce como Congreso Anfictiónico de Panamá al encuentro de representantes o congresistas de las Repúblicas hispanoamericanas que recién estrenaban su independencia del imperio español, la cual fue convocada por Simón Bolívar y que tuvo lugar a mediados de la década de 1820.

Esta reunión se celebró en la ciudad de Panamá, entonces parte de la Gran Colombia, y su instalación se llevó a cabo el 22 de junio de 1826. Las sesiones se extenderían hasta el 15 de julio del mismo año. La palabra anfictiónico, anfictiónica o anfictionía, proviene de los antiguos griegos, y significa aproximadamente “fundación conjunta”.   Bajo esta denominación, los griegos celebraban asambleas en las que participaban delegados de las ciudades para tratar asuntos de interés común. La anfictionía de Delfos fue una de las más conocidas.

Bolívar había convocado el congreso el 7 de diciembre de 1824 cuando se encontraba en Lima, Perú, durante la última fase de su campaña contra los realistas. Su idea era fundamentar su proyecto hispanoamericanista, que consistía en la creación de una gran unión supranacional con las antiguas regiones, o provincias que habían formado parta de imperio español, de tal suerte de conformar una poderosa mancomunidad capaz de enfrentar exitosamente a las antiguas potencias europeas y sobre todo, a la naciente potencia estadounidense.

La liga anfictiónica

Bolívar confiaba en un destino grandioso para las naciones del sur del continente y planteaba una serie de principios para que esto se pudiera llevar a cabo. Creía que existía una solución para superar las diferencias nacionales entre los diferentes territorios que integraban las antiguas colonias españolas en América y lograr la unidad.

Con esto en mente, Bolívar se propuso crear una “Liga Hispanoamericana” o “Anfictiónica” cuya sede o capital sería Panamá. Posteriormente Quito o Guayaquil serían incluidas como posibles candidatas a esa distinción también.  

Lo que el libertador buscaba en un primer momento era crear una unión fuerte que pudiera hacer frente a las asechanzas de las viejas potencias europeas que deseen reconquistar los territorios perdidos u otras que quieran hacer los suyos a expensas de la debilidad de los estados recién nacidos. Esta amenaza era cierta, por cuanto la llamada Santa Alianza, conformada por varios países europeos continentales de religión católica, ya hacían planes para la reconquista de los territorios americanos.

Bolívar había descartado de salida la supremacía de una nación sobre otras o que alguna se arrogara la potestad de salvaguardar o proteger a las demás, como planteaban o pretendían los estadounidenses. Su propuesta bebía más bien de raíces clásicas europeas, como las antiguas ligas que existieron en el ámbito del mar Egeo, como las ligas de Delos o de Corinto, que eran más bien federaciones supranacionales o alianzas que creaban un espacio y una defensa común de seguridad e intereses.

En su famosa Carta de Jamaica de septiembre de 1815, Bolívar ya esbozaba sus aspiraciones, incluso comparando a Panamá con el Corinto griego, como lugar central para su imaginada unión.

La cultura y la lengua comunes también resaltaban en la idea de Bolívar, lo que tácitamente descartaba la inclusión en tal alianza de los países de América del Norte.

 Incluso propuso y definió el establecimiento de una fuerza militar supranacional que velara por la defensa de la liga, considerando un número de hasta cien mil soldados para defenderla. La cifra fue rebajada posteriormente a 20 mil.

Algunas de estas ideas formaban parte de la agenda que sería discutida en el Congreso de Panamá.

El Congreso  

La sesión inaugural contó con la presencia de delegados de cuatro repúblicas: Colombia, Guatemala, México y Perú; cuya presencia equivaldría a las actuales, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú, Venezuela, México, Guatemala, Honduras, Costa Rica, El Salvador y Nicaragua, once en total. También asistieron observadores de los Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y Holanda.

La inclusión de Estados Unidos en la cita desvió la intención original, diluyendo el propósito del encuentro.

Además, algunas delegaciones no llegaron a la cita o decidieron de plano no asistir, como la de las Provincias Unidas del Río de la Plata, actual Argentina, con lo cual el evento se deslució aún más.

Del total de 12 congresistas que viajaron a Panamá, falleció uno de los dos observadores norteamericanos, cuya muerte se produjo cuando se desplazaba de Bogotá a Cartagena. El otro, llegó cuando el congreso ya había finalizado.

Pese a las buenas intenciones, el congreso no logró los objetivos esperados por Bolívar, limitándose a formular algunas declaraciones generales.

 La siguiente reunión anfictiónica se celebraría en México, pero ya bajo otro espíritu totalmente distinto.

 


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