Cuando Carlos III asumió el relevo al frente de la monarquía británica el pasado 6 de mayo de 2023, lo hizo sentado en un trono bajo el cual se esconde una roca legendaria. La llamada “Piedra del Destino o “Piedra de Scone” forma parte de una larga tradición que se remonta al menos hasta el siglo IX, cuando el primer rey de Escocia fue coronado sobre ella. Objeto mágico y simbólico, la piedra es motivo de disputas y controversias.
La Piedra del Destino
Aristides Cajar Páez
Desde hace más de mil años, un curioso objeto parece
sustentar a la monarquía británica, más allá del aparatoso ritual que acompaña
a cada coronación y que ha variado con lentitud a lo largo de los siglos. Se
trata de la llamada “Piedra de Scone” o “Piedra del destino”.
Es una roca de apariencia ordinaria, de forma más o menos
rectangular que suele encajarse bajo el trono en el que se realiza la ceremonia
de coronación cada vez que asciende un nuevo monarca en el Reino Unido.
El origen de la piedra es incierto, aunque según los
geólogos que la han estudiado se trata de un trozo de arenisca de unos 150
kilos de peso aproximadamente, aparentemente proveniente de las canteras
escocesas medievales.
Leyendas
Sin embargo, la tradición popular y las leyendas que se han
tejido en torno a esta roca, la remontan a la antigüedad, más precisamente a
tiempos del Antiguo Testamento. Se dice que sobre esa piedra reposó nada menos
que el patriarca Jacob, justo cuando tuvo la visión de las escaleras por las
que los ángeles subían y bajaban del cielo.
Por designios divinos, la piedra habría recorrido un largo camino hasta encontrar su hogar definitivo en las islas británicas, donde, supuestamente, hallaría su propósito de sustentar el destino del mundo.
La piedra, tras pasar por Egipto, Sicilia y España, habría
terminado en Irlanda, en el mismo lugar en el que se proclamaba a los reyes
celtas. Uno de estos reyes la habría llevado a su vez a Escocia, donde habría permanecido en la Isla de Iona, que fue un lugar tradicional de
enterramiento de los antiguos reyes escoceses.
Sobre esa piedra se habría coronado a mediados del siglo IX a Kenneth Mc Alpin, rey de los escotos, quien, tras lograr la conquista de los pictos de
Scone, unificó a los pueblos del territorio escoces, y mudó la sede del
reino a la ciudad de Scone, en donde la roca adoptaría el otro nombre por el cual se le conoce: la Piedra de Scone.
En 1296, el rey Eduardo I de Inglaterra invade y saquea las
ciudades escocesas de Perth y Scone. Durante esta invasión, sus huestes se
apropian de la Piedra de Scone y se la llevan al sur, donde queda resguardada
en el Palacio de Westminster. Durante los siglos siguientes, la recuperación de
la piedra por parte de los escoceses formará parte de sus reclamos y su resistencia a los
intentos de dominación inglesa.
Por su parte los ingleses empezaron a utilizar la piedra
como parte de sus ceremonias de coronación, para lo cual construyeron un
mueble especial, la llamada Silla de San Eduardo bajo la cual, en adelante, se
colocaría la roca.
En 1473, la capital escocesa se traslada a Edimburgo, bajo
el reinado de Jaime I de Escocia, perdiendo así Scone su importancia histórica.
Pese a diversas promesas de los ingleses de restituir la piedra a su sitio
original, tal propósito nunca se cumplió, lo cual se convirtió en un elemento
más de las fricciones entre Inglaterra y Escocia.
Robo y acuerdo
Ya en la década de 1950, durante el reinado de Isabel II, unos
estudiantes escoceses lograron entrar de manera subrepticia al palacio de
Westminster y robaron la piedra, con tan mala suerte que no tardaron en ser
ubicados y encarcelados. Sin embargo, el hecho volvió a poner de relieve la
importancia de llegar a un acuerdo sobre la propiedad de la Piedra del Destino.
Sin embargo, esto no se lograría sino hasta 1996, cuando,
bajo la iniciativa del Primer Ministro conservador John Major, se consiguió la
devolución de la piedra a Escocia, con la condición de que esta se trasladara a
Westminster cada vez que un nuevo monarca del Reino Unido accediese al poder.
La piedra quedó así instalada en el Castillo de Edimburgo en Escocia.
La coronación de Carlos III en 2023 ha supuesto la primera
vez que este acuerdo se pone en funcionamiento.
Referencias:
AD Magazine
Wikipedia
https://es.m.wikipedia.org/
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