lunes, 10 de abril de 2023

Panamá/ El legado de Justo Arosemena



De cómo un jurista y político istmeño, que fue embajador y congresista de la Colombia del siglo XIX, se convirtió en el  mayor defensor de una "nación" panameña que no alcanzaría a ver  convertida en República. La visión de Arosemena, promotor del federalismo dentro de la unión colombiana, recorre la historia del Istmo y resalta las peculiaridades del país, alertando además de las nacientes  ambiciones imperialistas de Estados Unidos, no solo sobre Panamá sino sobre todo el continente.


 

El “papá” de la nación panameña

 

Aristides Cajar Páez

Justo Arosemena es llamado, con justicia, “padre de la nacionalidad panameña, pues fue quien sentó las bases conceptuales, jurídicas y políticas de aquello que, medio siglo después de haberlo prefigurado, sería conocido como la República de Panamá, en 1903.

Pese a que Arosemena construyó su concepto autonomista nacional panameño para existir dentro del seno de un gran proyecto colombiano del siglo XIX (y de allí su idea federalista), no es menos cierto que en sus ensayos y escritos, en particular “El estado federal de Panamá”, ya estaban planteados todos los elementos necesarios para la construcción de una nación independiente y soberana.

Origen y formación

Arosemena nació el 9 de agosto de 1817 en la ciudad de Panamá, en el seno de una notable familia de la élite istmeña vinculada al comercio. Se doctoró en Derecho en Colombia en 1938. y viajó a Estados Unidos dos años después para publicar un libro. Allí pudo conocer de primera mano la realidad de la pujante nación norteña, que se había construido sobre la base de una unión de estados federales, con amplia autonomía para cada uno.

Durante su estancia universitaria en Colombia, presenció el acalorado debate entre federalistas y centralistas, liberales y conservadores, causante de frecuentes convulsiones políticas en ese país al cual el istmo se hallaba unido de forma voluntaria desde 1821, tras su independencia de España, y resentía los vaivenes de sus agitadas y a  menudo violentas luchas partidistas y sectarias. .

Arosemena viajó como embajador colombiano por Perú, Chile, Bolivia y Nicaragua, experiencia gracias a lo cual se familiarizó de primera mano con la realidad latinoamericana, (Latinoamérica no era un término no muy en boga aún en esa época y Arosemena fue uno de los primeros en utilizarlo).

También fue diplomático en Francia, Inglaterra, y Estados Unidos, antes de postularse como legislador al congreso colombiano, donde defendería vigorosamente la idea autonomista de Panamá.

Del Estado del Istmo al Estado Federal

La primera experiencia autonomista panameña propiamente dicha, ocurrió tras el estallido de la llamada “guerra de los supremos" en Colombia. El istmo cortó temporalmente sus lazos con Bogotá, y Arosemena participó activamente de ese efímero gobierno (1840-1841) liderado por el general Tomás Herrera.

De los varios intentos separatistas del siglo XIX ocurridos con antelación, fue este el primero que produjo un gobierno propiamente dicho y una Constitución. Arosemena fue el redactor de la mayoría de los textos jurídicos y administrativos de aquel experimento y apoyó decididamente ese primer proceso constituyente del Istmo, hasta que en 1841, al retornar a la unidad colombiana, terminó aquel proyecto autonómico que claramente apuntaba al federalismo como la forma ideal de gobierno para para Panamá.

Una década después, Arosemena, desde el congreso de Colombia, trataría de que se aprobara un proyecto plenamente federalista para Panamá, pero este, pese a lograr el aval del legislativo colombiano, no llegaría a implementarse en ese momento, a causa de la rebelión del general José María Melo.

 Estas experiencias dan como fruto la ya citada obra “El Estado Federal de Panamá”, donde Arosemena argumenta las razones que apoyan su proyecto autonomista y explica las particularidades del istmo panameño: su posición geográfica excepcional, su singular historia desde la época colonial española, cuando contó con su propia Real Audiencia y una organización política que aunque estuvo sujeta a los virreinatos del imperio español (Perú; Mueva Granada) siempre tuvo un amplio margen para actuar con independencia, al punto de que reportaba sus actos de gobierno primero a la corona española y después a los virreyes americanos.

Tendría que esperar hasta 1855, una vez apaciguada la situación en Colombia, ´para que el Estado Federal se convirtiese en una realidad política para el istmo e irradiara su influencia hacia el establecimiento de una forma de gobierno más autonomista en la propia Colombia (los Estados Unidos de Colombia y la Confederación Granadina).

Presidente efímero

Arosemena fungió como presidente provisional del Estado Federal del Istmo durante solo dos meses. Las acusaciones de nepotismo y las discrepancias con otros miembros de su gobierno le llevaron a renunciar. Sin embargo, su administración alcanzó a cubrir el período en el que se redactó la Constitución del Estado Federal, que contenía muchas de sus ideas y conceptos.

La vida del experimento federalista de Arosemena se extendería, con sobresaltos y un desempeño irregular, durante los siguientes 30 años. En 1885, el presidente colombiano Rafael Núñez decidió abolir la constitución de Rio Negro, que había amparado el federalismo en Panamá y otras partes de Colombia y retornar a un régimen centralista de tendencia conservadora durante la llamada “regeneración”, donde Panamá fue convertida en un departamento más de dicha república.

Este hecho, a la larga sería una de las causas que desencadenarían la separación de Panamá en 1903.

Arosemena, partidario de la ruta interoceánica de Panamá, cuyo potencial consideraba que el país debía aprovechar, siempre alertó, empero, sobre las ambiciones imperialistas de la naciente potencia de los Estados Unidos, no solo en Panamá sino también en el resto de la América Latina.

Las ideas de Arosemena sobrevivirían a su autor, quien no llegó a conocer la república que inspiró, pues moriría un año después que su proyecto federalista (1886) en la ciudad de Colón, en el caribe panameño.


Referencias:

Arosemena, Justo. "El Estado Federal de Panamá". Bogotá, 1855.

 

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