martes, 28 de noviembre de 2023

Panamá/La fundación de Panamá



El 15 de agosto de 1519 se fundó la primera ciudad europea sobre el litoral Pacífico americano y una de las más antiguas aún existentes de todo el continente. Su acta fundacional se ha extraviado pero los testimonios dan fe de que Pedrarias Dávila cumplió con la formalidad encargada por la corona española de establecer una base firme sobre la Mar del Sur para explorar la orilla desconocida hasta entonces del nuevo continente y más allá.


 

Una ciudad sobre el Pacífico 

Aristides Cajar Páez

En 1513, a Pedro Arias de Ávila (Pedrarias), un militar castellano de cuna noble, le fue encargado por la corona española viajar al Nuevo Mundo a fundar ciudades. “Una de las primeras cosas en que habéis mucho de mirar es en los asientos o lugares que allá se obieren de asentar”, rezaba un fragmento de las instrucciones que se le dieron. Venía investido de todos los poderes reales para fundar ciudades y establecer una base segura y bien provista para iniciar la exploración y conquista de la orilla de llamado entonces Mar del Sur, hoy océano Pacífico.

Instrucciones precisas

Tal como lo relata el historiador panameño Carlos Manuel Gasteazoro, en las indicaciones precisas que recibió Pedrarias, se le recomendaba buscar “tierras con buenas aguas o de buenos aires e cerca de montes de buena tierra de labranza e de estas cosas las más que pudiese tener”.

En la recopilación de Leyes de Indias de 1680 se resumía este primer requisito advirtiendo “que tengan los pobladores consideración y advertencia a que el terreno sea saludable, reconociendo si se conservan en el él hombres de mucha edad, y mozos de buena complexión, disposición y color; si los animales y ganados son sanos y de competente tamaño, y los frutos y mantenimientos buenos y abundantes, y de tierra a propósito para sembrar y coger”.

El sitio escogido para la fundación de Panamá no cumplía con los requisitos exigidos por la legislación real, pero el Gobernador Pedrarias tenía otros problemas más apremiantes que considerar.

La ciudad de Santa María la Antigua del Darién dejaba de cumplir su función vital, Ahora era la vastedad promisoria del Pacífico, todavía inexplorado. Panamá nacía justamente como centro de expansión en el Pacífico y Nombre de Dios como punto de contacto entre la metrópoli y sus posesiones en la Tierra Firme.

 Si bien era cierto que el sitio era pantanoso y pestilente, como lo había descrito el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo, lo era mucho menos que Santa María, y el Gobernador Pedrarias tenía la imperiosa necesidad de cumplir con el mandato real de fundar poblaciones terminales.  Este empeño fue el que estuvo detrás de las fundaciones de Nombre de Dios y Panamá y el camino que las unía. Este proyecto habría convertido a Pedrarias en el auténtico precursor de la ruta interoceánica.

Acta desaparecida

El acta de fundación de la ciudad, del 15 de agosto de 1519, se encuentra perdida hasta el día de hoy. No hay una prueba documental que especifique la repartición de las estancias y solares, o cómo fueron elegidas sus primeras autoridades. Versiones de segunda mano han permitido conocer algunos nombres de los cuatrocientos primeros vecinos.

Según el adelantado Pascual de Andagoya, quien fuera testigo presencial de los hechos, Pedrarias repartió la tierra entre los presentes, “dejando cierta parte de la provincia de Cueva para los vecinos de Acla”. Los repartimientos de indios se hicieron de “90 al que más y 50 y a 40”.

Gasteazoro explica que la fundación de la ciudad, iba revestida de un “rico ceremonial”, que “indudablemente Pedrarias se encargó de engalanar con todo el boato cortesano que daba a sus actos burocráticos. Buena muestra de ello son las actas de toma de posesión del Mar del -sur, de la Isla de las Flores y de la fundación de Natá en 1522”.

Cuenta también que una vez escogido el sitio de la ciudad, se procedía “con el Consejo de los Oficiales Reales y de los religiosos que acompañaban la expedición a las diversas ceremonias que daban nacimiento a la ciudad”. Por medio de un pregón se convocaba a los soldados que quisieran inscribirse como vecinos. Se necesitaban un mínimo de treinta, sin embargo, el número no era siempre uniforme.

Una vez inscrito el número de vecinos, se trazaba el plano de la ciudad y se señalaban las manzanas y calles y dentro de aquellas, los solares que se habían de repartir entre los vecinos. El primer solar que Pedrarias escogió fue el de la Iglesia, donde siguiendo la costumbre de la época, se clavó una cruz de madera.

Frente a la iglesia debía ubicarse el cuadrilátero de la Plaza Mayor, la cual estaba destinada a ser el corazón de la ciudad. Esta se  dividía “como un tablero de ajedrés”, dando así orden y armonía. “Porque en los lugares que de nuevo de facen, dando la orden en el comienzo , sin ningún ni costa quedan ordenados, y los otros jamás de ordenan”, decían las sabias instrucciones de 1513.

Después de los solares, explica Gasteazoro, venían los ejidos que eran las tierras libres que se dejaban en las inmediaciones del poblado “para recreo y expansión de los pobladores”. Por último estaban las tierras de labranza y cultivo que se repartían a los vecinos.

Ciudad de tránsito

Según el historiador, el destino de la ciudad de Panamá cambió al poco tiempo de haber nacido. Pasó de ser una base de exploración y fundación a ser una ciudad de tránsito, al hacerse realidad la leyenda aurífera del Perú. “Están todos movidos para pasarse al Perú excepto los que piensan vivir de mercaduría y contratación”, diría el Licenciado Gaspar de Espinosa, a manera de reflejar el sentir del momento, y Pedro Cieza de León dirá, sobre el carácter comercial de la nueva urbe que “el trato es tan grande que casi se puede comparar con la ciudad de Venecia”.

Pero ante el atractivo del mar y la superficialidad del tránsito”, señala Gasteazoro, “guardó siempre muestra ciudad el sello que le dio Pedrarias al unir en la plaza la Iglesia con la residencia del gobernador y la casa del Cabildo. Tres instituciones representativas de la vida española: la religión, el Rey y el pueblo”.

 

Fuente:

Gasteazoro, Carlos Manuel. “Mudanza, traslado y reconstrucción de la Ciudad de Panamá en 1673, Conferencia dictada en la Universidad Nacional el 13 de agosto de 1954 por el H.C. Luis E. García de Paredes”. Prólogo. Patronato Panamá Viejo. Panamá, agosto de 2000.

 

 


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